La llave de la cruz

"Ellos no confesaban explícitamente a Cristo, porque su misterio aún estaba oculto. El Antiguo Testamento es el Nuevo velado, y el Nuevo es el Antiguo desvelado. Mira, pues, lo que dice el apóstol Pablo de los judíos infieles, padres tuyos, pero hermanos en el mal: Hasta el presente, cuando leen a Moisés, hay un velo sobre su corazón. El mismo velo permanece sin ser levantado en la lectura del Antiguo Testamento, porque en Cristo desaparece. Cuando pases, dijo, a Cristo, será corrido el velo. El velo permanece sin ser levantado en la lectura del Antiguo Testamento porque en Cristo desaparece. Desaparece no la lectura del Antiguo Testamento, sino el velo allí presente, pues la lectura del mismo no es desvirtuada, sino cumplida por quien dijo: No he venido a derogar la ley, sino a cumplirla. Desaparece, pues el velo para que pueda comprenderse lo que estaba oscuro. El Antiguo Testamento estaba cerrado porque aún no había llegado la llave de la cruz" 
(Sermón 300, 3).

Su corazón es su Escritura

"Su corazón es su Escritura, es decir, su sabiduría, la cual se encuentra en las Escrituras. La Escritura estaba cerrada, nadie la entendía; fue crucificado el Señor y se licuó como cera, a fin de que todos los débiles entendiesen la Escritura. De aquí es que se rasgó el velo del templo, puesto que lo que estaba oculto se reveló"
 (Comentarios a los Salmos 21, 2, 15).

Se ve en ellas a Cristo

"Con la inteligencia de estos relatos del Evangelio, que en realidad son claros, quedan patentes todos los misterios ocultos en este milagro del Señor. Mirad lo que dice:Convenía que se realizase en Cristo todo lo que de Él se escribió. ¿Dónde estaba escrito?En la Ley, dice, y en los Profetas y Salmos. No omite Escritura alguna de las antiguas… En el momento de abrirles la inteligencia y explicarles las Escrituras, comenzando desde Moisés y recorriendo todos los profetas. Por eso, embriagados ya, decían: ¿No es, por ventura, verdad que se abrasaban nuestros corazones cuando nos abría el sentido de las Escrituras? Vieron en estos libros a Cristo, en donde antes no le veían… Sí, de Dios son aquellas Escrituras, pero no saben a nada si no se ve en ellas a Cristo"
 (Comentario a Juan 9, 5).

La Palabra de Dios es Cristo

"Casi en cada página no suena otra cosa que Cristo y la Iglesia extendida por todo el orbe.¿Va a perecer aquella de la que con muchos testimonios se ha predicho que va a permanecer? En toda la ley, los profetas, en elCantar de los cantares, no se halla ni una vez esta voz en boca del pastor —ni ellos pudieron decir algo de verdadero sin la palabra de Dios, que es Cristo—; escucha la voz del Verbo y escúchala de la boca del Verbo" 
(Sermón 46, 33).

La Inspiración

"Mi confianza está en la asistencia de la misericordia divina, que hará que satisfaga las necesidades de todos y que cada uno comprenda lo que se le alcance. La misma ley sigue quien habla sobre estos misterios: no dice más de lo que puede. Explicarlos como en realidad son, supera toda capacidad. No temo afirmar, mis hermanos, que ni el mismo Juan lo dijo como es, sino como pudo decirlo.Es un hombre el que habla de Dios, Dios le inspira, es verdad, pero no dejaba de ser un hombre. La inspiración le hizo decir algo; sin ella, del todo hubiera enmudecido. Porque recibió la inspiración un hombre, no dijo todo lo que el misterio es, sino lo que puede decir el hombre"
(Comentario a Juan 1, 1).