Que cada uno viva para Cristo
"El, siendo igual al Padre por la forma de Dios, nos advierte que hace la voluntad del Padre y no la suya en esa forma de siervo, que tomó por nosotros. ¿Cuánto más deberemos nosotros, desdeñando esa voluntad propia y privada por la que nos entenebrecimos, acercarnos a esa luz común, para que seamos iluminados y nuestro rostro no se ruborice, pues ilumina a todo hombre que viene a este mundo, para que nuestra alma viva para El? Que cada uno no viva para sí, sino para Cristo; no haciendo la voluntad propia, sino la de El y permaneciendo en su caridad, como El hizo la voluntad del Padre y permanece en su caridad " (Carta 140, 68).
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