Amar en Honor y Santidad

"¿No son acaso cónyuges quienes así viven, sin buscar el uno en el otro el fruto de la carne y sin exigirse mutuamente el débito de la concupiscencia carnal? Con todo, ella, la mujer, está sometida al varón, porque así es de razón —y lo está tanto más cuanto es más casta. Y el varón ama de verdad a su mujer en honor y santidad —según está escrito— en cuanto coheredera de la gracia, del mismo modo que Cristo —dice— amó a su Iglesia" (Sermón 51, 21).

También las fieras aman a sus hijos

"También las fieras aman a sus hijos: los aman los áspides, los tigres, los leones. No hay fiera alguna que no se insinúe con ternura a sus hijos. Pues, aunque aterrorice a los hombres, acaricia a sus pequeñuelos. Ruge el león en la selva, y nadie pasa; entra en su guarida, donde tiene sus cachorros, y depone toda su ferocidad. Así, pues, quien no ama a sus hijos, es peor que un león. Se trata de un amor humano, pero un amor lícito" (Sermón 349, 2).