La raíz de la caridad

"¿Quiénes son estos pocos? Los que soportan las tribulaciones; los que
toleran las tentaciones; los que no desfallecen en todas estas
incomodidades; los que no se alegran solamente al tiempo de hablar y cuando
llega el momento de la tribulación, como si el sol hubiera aparecido, se
secan como si estuviesen sin raíz, sino que tienen la raíz de la caridad,
conforme acabamos de oír por la lectura del evangelio. Ten, diré, la raíz
de la caridad, para que, cuando salga el sol, no te queme, sino que te
alimente" 
(Comentario al salmo 43, 17).

Odiando matas el alma

"Nuestra vida consiste en el amor; si la vida es amor, la muerte es odio. Cuando comienza el hombre a temer para no odiar a quien ama, teme la muerte, una muerte más apremiante e interna, por la que mata el alma, no el cuerpo. Ponías la mirada en el hombre que se ensañaba en ti; pero ¿qué habría de hacerte aquel contra quien te aseguraba tu Señor, diciendo: No temáis a los que mata el cuerpo? El, ensañándose, mata el cuerpo; tú, odiando, matas el alma; él, además, mata el cuerpo ajeno, tú matas tu alma" 
(Comentario al salmo 54, 7).