Imagen del Padre

"Un hijo ostenta la imagen de su padre y es lo mismo que su padre, pues es hombre como su padre. En cambio, en un espejo, tu imagen no es lo mismo que tú. Una cosa es tu imagen en tu hijo y otra en el espejo. En el hijo está tu imagen según la igualdad de la sustancia; en cambio, en el espejo, ¡cuán lejos queda de tu sustancia! Y con todo, hay una cierta imagen tuya, aunque no es tal como la que se da en el hijo, según la sustancia" (Sermón 9, 9).

Consiervos

"Esto hicieron nuestros predecesores, miembros de su familia, nuestros padres, sí, pero también consiervos nuestros. Y nunca nos habría mandado Dios que realizáramos esto, si lo creyera imposible de realizar para el hombre. Y tú, al ver tu debilidad, ¿te acobardarás ante este precepto?" (Comentario al salmo 56, 1).

Corregir

"¿Qué ha podido darte tu padre, hasta llegar a corregirte, a azotarte, a utilizar el látigo y a pegarte? ¿Acaso pudo otorgarte una vida sin fin?... Y golpeó al hijo por temor a que se perdiese el fruto de sus fatigas; por haberle dejado lo que ni podía retener aquí ni llevar consigo. Nada te dejó aquí que pudiera seguir perteneciéndole. Desapareció él, para que así le sucedieras tú. Tu Dios, tu redentor, tu domador, castigador y padre te castiga. ¿Con qué finalidad? Para que recibas una herencia, para lo cual no es preciso en este caso sepultar a tu padre" (Sermón 55, 5).


Retornar

"Por tanto, aquel hijo ya tenía contrito su corazón en la región de la miseria; a él había retornado para hacerlo trizas. Orgulloso había abandonado su corazón y airado había retornado a él. Se airó para castigarse, para castigar su propia maldad; había retornado para merecer la bondad del padre" (Sermón 112 A, 5).

Primero Dios

"Le apetece, por ejemplo, a un joven servir a Dios, pero no está de acuerdo su padre; ya están divididos entre sí; el uno le promete una herencia terrena, y el otro lo que quiere es la celestial; este le promete una cosa, pero el otro elige otra. Que no piense el padre que se le hace una injuria; es únicamente Dios lo preferido a él" (Comentario al salmo 44, 11).

Prójimo tuyo

"Prójimo tuyo es aquel de quien tienes misericordia. Si, pues, un extraño samaritano, practicando la compasión y socorriendo se ha convertido en prójimo, todos los que en tus sufrimientos no son capaces de echarte una mano, se convierten en extraños tuyos" (Comentario al salmo 48, 1, 14).

Gobernad vuestra casa

"Sin olvidarnos de lo que fuimos, no perderemos la esperanza sobre los que ahora son lo que nosotros fuimos. Sin embargo, carísimos, entre tanta diversidad de costumbres, y tan detestable corrupción, gobernad vuestras casas, educad a vuestros hijos, mantened el orden en vuestras familias. Lo mismo que a mí me pertenece en la Iglesia hablaros a vosotros, así mismo os pertenece a vosotros el rendir cuentas exactas de los que os están sometidos. Dios ama la educación" (Comentario al salmo 50, 24).

El Hijo Permanece

"El siervo no permanece en la casa para siempre, en cambio el hijo sí permanece para siempre. El que entra como hijo, que no se hospede transitoriamente, porque va a perseverar hasta el final; el que entra como siervo, como engañador, como pecador, echa el ojo para espiar a ver qué puede robar, busca cómo criticar o censurar, entra para aposentarse de momento, no para habitar y perseverar" (Comentario al salmo 55, 9).

No seas Negligente

"Perversa y dañina es la permisión, el dejar rienda suelta a los pecados. Del todo inútil y muy perniciosa es en el hijo la sensación del consentimiento del padre, para luego sentir la severidad de Dios; y esto no sólo él, sino acompañado de su negligente padre. ¿Cómo es esto? Sí, porque, aunque el padre no peque realizando lo que hace su hijo, ¿no deberá mantenerlo apartado de la maldad? ¿O acaso es para que el hijo piense que su padre haría lo mismo si no hubiera envejecido?" (Comentario al salmo 50, 24).

Prepara la herencia

"Serías un niño estúpido en casa de su padre: lo ama cuando lo acaricia, y lo odia cuando lo castiga. Como si no te preparara la herencia tanto cuando te acaricia como cuando te castiga. Mira cómo la alabanza es propia de los rectos, escucha la voz del recto" (Comentario al salmo 32, 2, 1, 3).