Palpad y ved

"Para engendrar y aumentar este gozo no quiso que se le reconociese al instante. Veló los ojos de los dos discípulos, de los que encontró en el camino conversando entre sí desconfiadamente y diciendo: Nosotros esperábamos que Él fuese el redentor de Israel. Habían creído esto, mas ya no lo creían. Ya habían perdido la esperanza, y, sin embargo, Cristo estaba con ellos; pero el que se les juntó les devolvió la esperanza. Más tarde, después de haberle conocido en la fracción del pan y de haberse aparecido a otros discípulos suyos, dijo cuando creían que era un espíritu: Palpad y ved, porque el espíritu no tiene ni carne ni huesos, como me veis a mí que los tengo. Y como todavía dudasen en fuerza del gozo, les dice: ¿Tenéis aquí algo de comer? Lo tomó, lo bendijo, lo comió y se lo dio a ellos"
 (Comentario al salmo 147,17).

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