Endereza tu corazón a Dios
"¿Quiénes son los rectos de corazón? Los que quieren lo que Dios quiere... Endereza tu corazón y dirígele a Dios, porque el Señor se compadeció de los débiles. Ve en su cuerpo, es decir, en su Iglesia, a los enfermos, que primeramente intentaron seguir su voluntad; pero, al ver que la voluntad de Dios era otra distinta a la suya, se encaminaron y dirigieron su corazón a aceptar y seguir el querer de Dios. No pretendas encauzar la voluntad de Dios a la tuya, sino endereza la tuya hacia Dios. La voluntad de Dios es como una regla. Mira, piensa que torciste tu regla. ¿De qué te valdrás para enderezarla? La de Dios permanece intangible; es una regla inmutable. Mientras hay una regla inalterable tienes un medio de enderezar y corregir tu deformidad, tienes un medio de alinear lo que en ti está torcido. Pero ¿qué quieren los hombres? Poco es que tengan torcida su voluntad; pretenden aun más, quieren torcer la voluntad de Dios según tienen ellos torcido su corazón, para que así haga Dios lo que ellos quieren, siendo así que ellos deben hacer lo que Dios quiere" (Comentario al salmo 93, 18).
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