"No se te dice: Suda trabajando en la búsqueda del camino por el que llegues a la verdad y a la vida; no se te dice eso. Levántate, perezoso: el camino mismo ha venido a tu encuentro y te despertó del sueño a ti que estabas dormido (si es que te despertó): Levántate y anda. Tal vez hagas esfuerzos para andar y no puedas, porque te duelen los pies. ¿Por qué te duelen? ¿Es, por ventura, porque anduvieron caminos difíciles bajo el tiránico imperio de la avaricia? Pero también el Verbo de Dios sanó a los cojos. Yo tengo los pies sanos, dices tú: lo que no veo es el camino. También el Verbo de Dios dio vista a los ciegos" (Comentario a Juan 34, 9).
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