"Porque he venido, ha puesto sobre mí un yugo suave. Porque da el amor, me ha impuesto una carga ligera a mí que le amo. Todo esto lo ha hecho conmigo, pero porque yo me allegué a él… ¿Por qué te hinchas y pavoneas? ¿Quieres saber que también todo eso se te ha regalado? Escucha, pues, quien llama: Nadie viene a mí si no lo atrae el Padre que me envió"
(Sermón 30,10).
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