Nos alimenta con las Escrituras

"Somos obreros que estamos trabajando todavía en la viña; cuando se acabe el día, cuando se acabe el trabajo, se recibirá la recompensa. Pero ¿qué obrero hay que resista en el trabajo hasta recibir la merced si no se alimenta durante el trabajo? Tú no das al obrero sólo la retribución; ¿no le das también el alimento necesario para reparar sus fuerzas? Alimentas, sin duda, al que has de dar la retribución de su trabajo. Por eso el Señor nos alimenta a nosotros, que estamos trabajando, con estos signos de las Escrituras Santas. Si se nos sustrae esta alegría de la inteligencia de estos signos sacramentales, desfallecemos en el trabajo y no habrá quien pueda llegar a la recompensa"
(Comentario a Juan 17, 5).

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