El día sin noche

"Este es el resultado de nuestras vigilias, ésta la finalidad a que miran los ojos; no los de la carne, sino los del espíritu: el propósito justo y santo de dominar y reprimir el sueño; y ésta la recompensa incorruptible por la fatiga sufrida y el amor encendido: que aquel por quien estamos en vela, resistiendo por un breve espacio de tiempo el sueño terreno, nos otorgue la vida donde existe el velar sin fatiga, el día sin noche y el descanso sin sueño"
 (Sermón 223 G, 2).

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