Perdónanos


"Hay también una penitencia casi cotidiana de los fieles buenos y humildes cuando golpeamos nuestro pecho diciendo: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. No pedimos que nos perdonen lo que estamos seguros de haber alcanzado en el bautismo, sino aquellas faltas que se nos deslizan por humana fragilidad, la cual, aunque sea leve, es frecuente"
 (Carta 265, 8).

No hay comentarios:

Publicar un comentario