Todo es Don

"Porque he venido, ha puesto sobre mí un yugo suave. Porque da el amor, me ha impuesto una carga ligera a mí que le amo. Todo esto lo ha hecho conmigo, pero porque yo me allegué a él… ¿Por qué te hinchas y pavoneas? ¿Quieres saber que también todo eso se te ha regalado? Escucha, pues, quien llama: Nadie viene a mí si no lo atrae el Padre que me envió
(Sermón 30,10).

Dame tu Corazón

"Escucha lo que te dice la caridad por boca de la sabiduría: Dame, hijo, tu corazón. Dame, dijo. ¿Qué? Hijo, tu corazón. Estaba enfermo cuando era tuyo y para ti. Eras arrastrado por frivolidades y amores lascivos y dañinos. Quítalo de allí. ¿A dónde lo traes? ¿Dónde lo pones? Dame, dijo, tu corazón. Sea para mí y no se perderá para ti. Nada quiso dejar en ti con lo que te ames, aun a ti mismo, quien dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. ¿Qué queda de tu corazón para que te ames a ti mismo? ¿Qué de tu alma? ¿Qué de tu mente? 'Con todo, dijo, Quien te hizo te exige todo'. Pero no te entristezcas como si nada te quedase en que puedas alegrarte. 'Regocíjese Israel no en él, sino en quien te hizo'" 
(Sermón 34,7).

Tú eres el precio de la Caridad

"El precio del trigo es tu moneda; el de una finca, tu plata; el de una perla, tu oro; el precio de la caridad eres tú. Mira cómo poder poseer una finca, una piedra preciosa, un jumento; buscas una finca para comprarla y la encuentras junto a tu casa. Si quieres poseer la caridad, búscate a ti y encuéntrate a ti mismo. La misma caridad habla por mediación de la sabiduría y te dice algo para que no te asuste aquello: 'Date a ti mismo'" 
(Sermón 34,7).

El Amor es Amado

"El mismo amor ínfimo y terreno, el mismo amor sucio y torpe que va unido a las bellezas del cuerpo, nos invita a que nos elevemos a cosas superiores y más puras. Un hombre lascivo y deshonesto ama a una mujer bellísima. Es la belleza del cuerpo la que la mueve, pero en su interior busca correspondencia en el amor. Si oye que ella le odia, ¿no se enfría toda aquella pasión e ímpetu hacia los miembros bellos? ¿Acaso no se aleja, se aparta y se ofende con aquello a lo que antes tendía y hasta comienza él a odiar lo que amaba? ¿Cambió acaso la belleza? ¿No siguen existiendo las mismas cosas que le habían atraído? Allí están todas. Ardía en aquello que veía y exigía del corazón lo que no veía. Si, por el contrario, descubre que el amor es recíproco, ¡cuánto mayor será la vehemencia del ardor! Ella le ve a él; él, a ella. Al amor, ninguno lo ve. Y, sin embargo, es amado lo que no se ve"
(Sermón 34,4).

Qué es lo que amas


"No existe nadie que no ame. Pero se pregunta qué es lo que se ama. No nos invita a no amar, sino a elegir lo que vamos a amar. Pero ¿qué elegimos, a no ser que antes seamos elegidos nosotros? De hecho, no amamos si antes no somos amados… Amaos porque él nos amó antes. Mucho había dado al hombre, porque hablaba pensando en Dios cuando decía: Nosotros amamos. ¿Quién? ¿A quién? Los hombres, a Dios; los mortales, al inmortal; los frágiles, al inmutable; la hechura, al hacedor. Nosotros hemos amado. ¿De dónde nos viene esto? Porque él nos amó antes" 
(Sermón 34,2).