Amémosle desinteresadamente

Si alguno me sirve, sígame. ¿Cuál es el fruto? ¿Cuál la recompensa? ¿Cuál el premio? Y donde yo estoy, dice, allí estará también mi servidor. Amémosle desinteresadamente, para que el precio de ese servicio sea estar con Él. Porque ¿dónde se estará bien sin Él o dónde se estará mal estando con Él
(Comentario a Juan 51, 11).

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