No amemos los pasajero

"De esta forma, hermanos, si queréis estar preparados para cumplir la voluntad de Dios -cosa que os recomiendo y que me recomiendo primeramente a mí mismo; más aún, nos lo recomienda a todos quien habla con seguridad-, si queremos estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios, no amemos lo pasajero de esta vida, no pensemos que es felicidad lo que así se denomina en este mundo" (Sermón 32,18).

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