(Sermón 261, 4).

"El hombre exterior se corrompe
para que el interior se renueve"
San Agustín
para que el interior se renueve"
San Agustín
Centro de Espiritualidad Agustiniana
Monasterio de Santa María de la Vid
Purifica el corazón
“El que no es nuevo hizo las cosas nuevas; el sempiterno hizo las cosas temporales; quien desconoce el cambio hizo las cosas mudables. Contempla la obra y alaba al autor; cree para purificarte. ¿Quieres ver? Cosa buena y grande quieres; te exhorto a que quieras. ¿Quieres ver? Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Piensa primero en purificar el corazón; sea ésta tu ocupación, convócate a esta tarea, aplícate a esta obra. Lo que quieres ver es puro, e impuro aquello con que quieres verlo. Consideras a Dios como una luz apta para estos ojos, inmensa y múltiple; aumentas las distancias a placer; donde no quieres no pones límites y donde quieres los pones. Estas fantasías son la impureza de tu corazón. Quítala, elimínala. Si te cayera tierra en el ojo y quisieras que te mostrase la luz, tus ojos buscarían antes de nada, quien los limpiase. Muchas son las impurezas que hay en tu corazón. Una, y no pequeña, es la avaricia que hay allí. Almacenas lo que no podrás llevarte contigo. ¿Ignoras que, cuando acumulas, traes barro a tu corazón? ¿Cómo podrás ver, pues, lo que buscas?”
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