La voluntad de Dios es dulce

"Son rectos de corazón los que hacen en esta vida la voluntad de Dios... Si la voluntad de Dios es dulce para ti cuando estás sano y amarga cuando estás enfermo, no eres de corazón recto. ¿Por qué? Porque no quieres encauzar tu voluntad en la voluntad de Dios, sino que pretendes torcer la de Dios a la tuya. La de Él es recta; la tuya, torcida. Tu voluntad debe ser encaminada a la de Dios, no torcer la tuya hacia la suya; así serás recto de corazón" (Comentario al salmo 35,16).

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