Oraciones más fervorosas

"En estos días, nuestras oraciones han de ser más fervorosas; y para que sean auxiliadas con los apoyos pertinentes, demos también limosnas con mayor fervor. Añádase a lo que dábamos lo que ahorramos con el ayuno y la abstinencia de los alimentos acostumbrados. Si alguien, por alguna necesidad corporal o régimen alimenticio, no puede abstenerse de nada, ni, por tanto, a pesar de que sus limosnas debían ser más generosas, añadir a lo que suele dar a los pobres lo que se quita a sí mismo, por el hecho de que él de nada se priva, muestre su piedad dando al pobre; si no puede ayudar a sus oraciones con la mortificación corporal, introduzca en el corazón del pobre una limosna más generosa que pueda rogar por él" (Sermón 209, 2).

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