“No envió Dios su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo por El. Pues el médico en cuanto tal viene a curar al enfermo. A sí mismo se da la muerte quien se niega a observar las prescripciones del médico. El Salvador ha venido al mundo. ¿Por qué se dice Salvador del mundo, sino para que lo salve, no para que lo condene? ¿No quieres que El te salve? Por tu conducta serás juzgado. Pero ¿qué digo: serás juzgado? Mira lo que dice: El que cree en Él, no es juzgado; mas el que no cree... ¿Qué esperas que se diga sino que serás juzgado?”
(Comentario a Juan 12, 12).
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