"Pues los ángeles del cielo fueron antepuestos a las potestades aéreas, y de esto procede el proverbio que aquí se consigna. Pues los ángeles ven la ley inmutable, la ley eterna, que ordena sin texto escrito, sin palabras, sin estrépito, siempre inmutable y estable; la ven con el corazón puro, y por ella hacen lo que aquí se establece, y por ella se ordenan las potestades desde las más encumbradas hasta las más ínfimas. Por tanto, si las potestades del reino de los cielos se rigen por la Palabra de Dios, ¡cuánto más las bajas y terrenas! Luego sólo queda en los malos el deseo de dañar. El hombre únicamente tiene este deseo de dañar, la voluntad de exterminio"
(Comentario al salmo 103, IV, 9).
No hay comentarios:
Publicar un comentario