Alegrémonos de la misericordia

"Nuestro Dios y Señor, misericordioso y compasivo, generoso, benigno y veraz, cuanto mayor misericordia prodiga en este siglo, tanto más severamente amenaza con el juicio en el siglo futuro. Las palabras que acabo de mencionar están escritas y contenidas en la divina autoridad: Dios es misericordioso y compasivo, generoso, benigno y veraz. A todos los pecadores y amadores de este mundo les gusta que Dios sea misericordioso y compasivo Señor, porque es generoso y muy benigno. Pero si tanto amas su misericordia, teme lo que se dice en último lugar: es veraz. Si sólo dijera es misericordioso y compasivo Señor y muy benigno, te refugiarías en la seguridad e impunidad, en la licencia de los pecados… Alegrémonos de la misericordia del Señor y temamos el juicio del Señor. Perdona, pero no se calla. Si ahora calla, no siempre callará. Escúchale, mientras no se calla hablando, no sea que ya no puedas oírle cuando no se calle en el juicio" 
(Sermón 9, 1).    

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