Vivifica y Perdona

"Señor—dice—, oye mi voz según tu misericordia y vivifícame según tu juicio. Dios quita primeramente, según su misericordia, la pena a los pecadores y después los vivifica según su juicio, porque no en vano se le dice en este orden: Te cantaré, ¡oh Señor! la misericordia y el juicio. Aun cuando al mismo tiempo de la misericordia no falte el juicio, del cual dice el apóstol San Pablo: Si a nosotros mismos nos juzgásemos, no seriamos juzgados por el Señor. Pero, cuando nos juzga el Señor, nos corrige para que no seamos condenados con el mundo; y su coapóstol San Pedro dice también: Tiempo es de que comience el juicio por la casa del Señor; y si primero por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no creen al Evangelio del Señor? Tampoco carecerá de misericordia el último tiempo del juicio, porque te coronará— dice el salmo—con compasión y misericordia. Sin embargo, hay un juicio sin misericordia, pero para los colocados a la izquierda, porque no hicieron misericordia"
 (Comentario al salmo 118 29, 6).

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