Apártate del Mal

"Misericordia mía y refugio mío, amparador mío y libertador mío. El combatiente se esfuerza mucho en el mundo teniendo la carne que codicia contra el espíritu. Pero ten lo que tienes. Porque llegará tiempo en el que conseguirás plenamente lo que quiere… ¿Cómo podrás obrar bien si no te apartas del mal? ¿Por qué intento que te vistas, cuando todavía despojas? ¿A qué pretendo que des, siendo así que aún robas? Apártate del mal y obra el bien. No llore primeramente el pobre oprimido por ti para que después se goce por ti. Apártate del mal y obra el bien. ¿En atención a qué galardón? Ahora luchas. Busca la paz y vete en pos de ella. Aprende; di: Misericordia mía y refugio mío., amparador mío y libertador mío, protector mío. (Siendo) amparador mío, no caeré; (siendo) libertador mío, no me atascaré; (siendo) protector mío, no seré herido. Protector mío, y en El esperé. En todas estas cosas, en todo mi trabajo, en todos mis combates, en todas mis dificultades, esperé en El; en Aquel que somete a mí mi pueblo. Ved que nuestra Cabeza habla con nosotros" 
(Comentario al salmo 143, 9).    

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