La Misericordia del Perdón

"Sin moverte del sitio, arrojaste de tu corazón las dos cosas que tenías contra tu hermano: hiciste una obra de misericordia sin ningún gasto, sin ninguna fatiga, con la sola bondad, con el solo pensamiento misericordioso. Si dijéramos: «Entregad vuestros bienes a los pobres», se nos podría tachar de exigentes. Ciertamente somos blandos e indulgentes, al menos ahora cuando os decimos: «Dad sin perder nada; perdonad para que se os perdone». Pero digamos también esto: «Dad, y se os dará.» El Señor unió ambas cosas en un solo precepto, mencionando estos dos tipos de misericordia: Perdonad, y seréis perdonados: la misericordia del perdón; Dad, y se os dará: la misericordia del generoso. Ved si no es más lo que nos da Dios. Tú perdonas a un hombre, pues fue un hombre el que en ti dañó a otro hombre; a ti te perdona Dios, en quien tú, hombre, ofendiste a Dios. ¿Acaso es lo mismo ofender a un hombre que ofender a Dios? Así, pues, es más lo que él te otorgó, puesto que tú perdonaste una ofensa hecha a un hombre, mientras que él perdonó la ofensa hecha a Dios. Poned atención a otra clase de misericordia: la de la limosna" 
(Sermón 259, 4).    

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