Renovarnos

"Cierto, esta renovación no se realiza en el preciso momento de la conversión, como la renovación bautismal, que es instantánea al perdonarse los pecados, sin quedar ni uno solo sin perdonar, sea de la especie que fuere... La segunda tiene por fin curar la debilidad, obra lenta en la renovación de esta imagen... Él sana todas tus enfermedades; obra ésta del crecimiento cotidiano por la renovación de la imagen... Se renueva en el conocimiento de Dios, esto es, en justicia y santidad verdaderas... Y el que se renueva en el conocimiento de Dios, en justicia y santidad verdaderas, al crecer en perfección de día en día, transfiere sus amores de lo temporal a lo eterno, de las cosas visibles a las invisibles, de las carnales a las espirituales, y pone todo su empeño y diligencia en frenar y debilitar la pasión en aquellas y unirse a estas por caridad. Y lo conseguirá en la medida de la ayuda divina" 
(La Trinidad 14, 17, 23).

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