"Porque Jesucristo hombre, mediador entre Dios y los hombres, ha de conducir a todos los justos, en los cuales reina ahora por fe, a la contemplación denominada por el Apóstol facial, se dice: 'cuando entregue el reino a Dios Padre', que es decir: cuando conduzca a los creyentes a la contemplación de Dios Padre.
Dice: Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiere revelárselo. El Padre será revelado por el Hijo cuando destruya todo principado, toda dominación y todo poder; es decir, cuando sean innecesarias las semejanzas distribuidas por angélicos principados, potestades y virtudes" (La Trinidad 1, 8, 16).
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