Mi riqueza es vuestra vida santa
"Ayer advertí e hice ver a vuestra caridad que la resurrección de Cristo se realiza en nosotros si vivimos bien, si muere nuestra antigua vida mala y progresa a diario la buena… ¿Por qué te has dañado a ti mismo? ¿Por qué sientes que debes tratarte mal a ti mismo? Entre todos tus bienes, ninguno quieres que sea malo, a excepción de ti mismo… ¿Qué queréis? Yo cumplo con mi deber y busco el fruto en vosotros. De vosotros sólo quiero el gozo de vuestras obras, no dinero. No me hace rico quien vive bien. No obstante, viva bien y me haré rico. Mis riquezas no son otras que vuestra esperanza en Cristo. Mi gozo, mi descanso y alivio en mis dificultades y en mis pruebas no es otro que vuestra vida santa. Os suplico que, si os habéis olvidado de vosotros mismos, os compadezcáis, al menos, de mí" (Sermón 232,8).
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