El gozo de la Esperanza


“He aquí que la esperanza nos amamanta, nos nutre, nos afianza y nos consuela en esta afanosa vida. Viviendo en esta esperanza, cantamos el Aleluya. Ved cuánto gozo causa la esperanza.

¡Cómo será la realidad! ¿Preguntas cómo será? Escucha lo que sigue:
Se embriagarán de la abundancia de tu casa. Esto es lo que esperamos.
Sentimos hambre y sed de ella; es preciso saciarla. Pero el hombre está en camino, y la saciedad en la patria.

 ¿Cuándo seremos saciados? Me saciaré cuando se manifieste tu gloria. Actualmente está oculta la gloria de nuestro Dios, la gloria de nuestro Cristo, y con ella está escondida la nuestra. Pero cuando aparezca Cristo, vuestra vida, también vosotros apareceréis con él en la gloria.

Entonces será realidad el Aleluya, ahora lo poseemos sólo en esperanza. La esperanza es la que lo canta; el amor lo canta ahora, y lo cantará también entonces; pero ahora lo canta el amor hambriento, y entonces lo cantará el amor gozoso.

¿Qué es entonces el Aleluya, hermanos míos? Ya os lo he dicho: es la alabanza de Dios. Ahora escucháis una palabra, y el escucharla os deleita, y, envueltos en el deleite, alabáis.

Si tanto amáis la rociada, ¡cómo amaréis la fuente misma!"
(Sermón 255, 5).

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