Resucite la vida nueva

"Del mismo modo que su pasión era símbolo de nuestra antigua vida, así su resurrección encierra el misterio de la vida nueva… Has creído y te has bautizado: murió la vida antigua, recibió la muerte en la cruz, fue sepultada en el bautismo. Ha sido sepultada la vida antigua, en la que viviste mal; resucite la nueva. Vive bien; vive para vivir; vive de manera que, cuando mueras, no mueras… Hermanos míos, reflexionad sobre lo que estoy diciendo: quien es amigo de la enfermedad es enemigo del médico. Si enfermas en el cuerpo y viene el médico a ejercer su profesión, dime lo que pretende con su venida; ¿qué quiere sino sanarte? Si es amigo tuyo, necesariamente ha de ser enemigo de la fiebre; pues si ama tu fiebre, no te ama a ti. Él odia, por tanto, tu fiebre; para luchar contra ella entró en tu casa, subió a tu habitación, se acercó a tu lecho, te tomó el pulso, te dio consejos, te recetó medicamentos y te los aplicó; todo lo hizo para luchar contra ella, todo por ti. Si Él hizo todo eso contra la fiebre y en bien tuyo, amando la fiebre, sólo tú estarás contra ti… Lejos de nosotros pensar que Cristo médico vaya a ser vencido en aquellos a los que conoció de antemano y a los que predestinó" (Sermón 229 E, 3).

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