(Sermón 32, 1).

"No sólo no despreció tu mesa,
sino que te prometió la suya"
San Agustín
sino que te prometió la suya"
San Agustín
Centro de Espiritualidad Agustiniana
Monasterio de Santa María de la Vid
Sana las enfermedades del alma
"Nuestro Dios y Señor, curando y sanando cualquier clase de enfermedad del alma, presentó muchos medicamentos a través de las Santas Escrituras. Al leer las lecturas divinas, eran como sacadas del botiquín.Mediante nuestro ministerio han de ser aplicados a nuestras heridas. No obstante, no pretendamos ser como ayudantes del médico, de los que se sirve para sanar a otros, como si nosotros ya no necesitáramos de curación. Si tratamos de ir a consultarle, si con toda sinceridad nos entregamos a sus manos para ser curados, todos quedaremos sanos. Se han leído muchas cosas, grandes y necesarias. Aunque todas sean así, sin embargo, algunas están más ocultas en las Escrituras para solicitar a los investigadores. Otras, en cambio, están puestas a la vista y manifiestamente para que curen a quienes lo deseen. Este salmo contiene grandes misterios"
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