El que ama, lo que se ama y el amor
“¿Qué es la dilección o caridad, tan ensalzada en las Escrituras divinas, sino el amor del bien? Mas el amor supone un amante y un objeto que se ama con amor. He aquí, pues, tres realidades: el que ama, lo que se ama y el amor. ¿Qué es el amor, sino una vida que enlaza o ansía enlazar otras dos vidas, a saber, el amante y el amado? Esto es verdad, incluso en los amores externos y carnales; pero bebamos en una fuente más pura y cristalina y, hollando la carne, elevémonos a las regiones del alma. ¿Qué ama el alma en el amigo sino el alma? Aquí tenemos tres cosas: el amante, el amado y el amor. Réstanos remontarnos aún más arriba y buscar estas tres realidades, en la medida otorgada al hombre. Mas descanse aquí un momento nuestra atención, no porque juzgue que ya encontró lo que busca, sino como el que da con el lote donde es preciso buscar alguna cosa. Aún no hemos encontrado, pero hemos topado ya con el lugar donde es menester buscar. Que esto baste y sirva de exordio a cuanto en lo sucesivo hayamos de entretejer” (La Trinidad 8, 10, 14).
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