La medida del amor son las obras
“Por lo cual, en esta cuestión, que versa sobre la Trinidad y el conocimiento de Dios, nos interesa principalmente saber qué es el amor verdadero, o mejor, qué es el amor. Sólo el amor verdadero merece el nombre de amor; lo demás es pasión, y así como es un abuso llamar amantes a los concupiscentes, así es también llamar concupiscentes a los que aman. Consiste el amor verdadero en vivir justamente adheridos a la verdad y en despreciar todo lo perecedero por amor a los hombres, a quienes deseamos vivan en justicia... El que ama a Dios es lógico que ejecute cuanto Dios preceptúa, pues la medida del amor son las obras, y, en consecuencia, amará al prójimo, por ser éste mandamiento de Dios... El que ama al prójimo ama al amor. Dios es caridad, y quien permanece en caridad, en Dios permanece. Y es lógico que principalmente ame a Dios” (La Trinidad 8, 7, 10).
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