No es superior el Padre al Hijo

“Pero como muchos pasajes de los libros santos, a causa de la encarnación del Verbo de Dios, llevada a cabo para nuestra redención por Jesucristo, mediador de Dios y de los hombres, insinúan y abiertamente demuestran la superioridad del Padre sobre el Hijo, erraron los mortales, y, sin investigar con diligencia la serie completa de las Escrituras, atribuyeron a la naturaleza que era y es eterna antes de la encarnación lo que se dice de Cristo en cuanto hombre. Los que dicen que el Hijo es inferior al Padre apoyan su sentencia en las palabras del Señor cuando dice: El Padre es mayor que yo. Mas la verdad demuestra que en este sentido el Hijo es también inferior a sí mismo. Y ¿cómo no ha de ser inferior a sí mismo si se anonadó tomando forma de esclavo? No obstante, al vestir la naturaleza de esclavo no perdió la naturaleza de Dios, en la que es igual al Padre. Si, pues, tomó la forma de siervo sin perder su forma de Dios -en su forma de siervo y en su forma de Dios es siempre el Hijo unigénito del Padre-, en su forma divina igual al Padre, y en su forma de siervo, mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, ¿quién no ve que en su forma de Dios es superior a sí mismo y en su forma de esclavo a sí mismo inferior? Con plena razón, la Escritura afirma ambas cosas: que el Hijo es igual al Padre y que el Padre es mayor que el Hijo. No existe aquí confusionismo alguno: es igual al padre por su naturaleza divina, inferior a causa de su naturaleza de esclavo” (La Trinidad 1, 7, 14).

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