En el Hijo se expresa el Padre

“El Padre engendró al Hijo como diciéndose a sí mismo, igual en todo a Él; pues no se habría expresado íntegra y perfectamente a sí mismo si en su Verbo hubiera alguna cosa más o menos que hay en Él. Allí reconocemos en grado sumo el Sí, sí; No, no. Y por eso este Verbo es verdaderamente la Verdad. Cuanto existe en la ciencia de la cual fue engendrado, existe en Él, y lo que en ella no existe, no existe en Él. No cabe en este Verbo falsedad, pues inmutablemente es lo que es aquel de quien trae su ser. Nada, pues, puede hacer el Hijo por sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre. Potentemente no puede esto, y no es flaqueza, sino firmeza, por lo que la verdad no puede ser mentira. El Padre conoce todas las cosas en sí mismo y las conoce en el Hijo: en sí mismo como él mismo; en su Hijo como en su Verbo, Verbo de todas las cosas existentes en el Padre. El Hijo conoce todas las cosas en sí, como nacidas de las que el Padre conoce en su esencia; en el Padre, como de donde han nacido las cosas que el Hijo en sí mismo conoce. El Padre y el Hijo mutuamente se conocen: aquel engendrando, este naciendo” (La Trinidad 15, 14, 23).

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