"En nosotros, en cambio, se pasea la presencia de la majestad si halla la anchura de la caridad. Exhortándonos a esto, dice el Apóstol: Ensanchaos, para no uniros en yunta con los infieles. Si nos ensanchamos, Dios se pasea en nosotros; pero el que nos ensanchemos es obra del mismo Dios. Si la anchura la produce la caridad que no conoce estrechez, ved que es Dios quien se la procura para sí mismo, según testimonio del Apóstol: La caridad de Dios se ha difundido en nuestros corazones mediante el Espíritu que se nos ha dado. Gracias a esta anchura, repito, Dios se pasea en nosotros"
(Sermón 163, 1).
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