"La festividad del día de hoy, en su regreso anual, nos trae a la memoria que el precursor del Señor nació de forma admirable antes que el Admirable mismo. Es conveniente que, sobre todo hoy, reflexionemos sobre este nacimiento y lo alabemos. Con esta finalidad se ha dedicado al milagro una fecha anual, para que el olvido no borre de nuestros corazones los beneficios de Dios y las maravillas del Excelso. Juan, pues, el precursor del Señor, fue enviado delante de él, pero fue hecho por él. Todas las cosas fueron hechas por ella y sin ella nada se hizo. Delante del hombre Dios fue enviado un hombre que reconociera a su Señor y anunciara a su creador, distinguiéndolo con la mente e indicándolo con el dedo cuando él estaba ya en la tierra. De Juan son aquellas palabras que muestran al Señor y le rinden testimonio: He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo"
(Sermón 288, 1).
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