"Estaba Juan y dos de sus discípulos. He aquí dos discípulos de Juan. Como Juan era amigo del Esposo, no buscaba su gloria, sino que daba testimonio de la verdad. ¿Intentó, por ventura, retener con él a sus discípulos para que no fuesen en pos del Señor? Mas bien muestra él a sus discípulos a quien deben seguir. Los discípulos le tenían a él por el Cordero, y díceles: ¿Qué es lo que de mí pensáis? Yo no soy el cordero. Mirad: ese es el Cordero de Dios, del cual ya había dicho antes: He aquí el Cordero de Dios. Pero ¿qué bien nos trae el Cordero de Dios? He ahí, dice, el que borra el pecado del mundo. Oído esto, van tras de Él los dos que estaban en compañía de Juan"
(Comentario al Evangelio de Juan 7, 8).
No hay comentarios:
Publicar un comentario