Doctor de la humildad

“No obstante, ved cuánto se humilla el precursor de su Señor, Dios y hombre. A aquél, mayor que el cual no ha surgido nadie entre los nacidos de mujer, le preguntan si es él el Cristo. Era tan grande que los hombres podían engañarse. Se dudó si él era el Cristo, y a tanto llegó la duda, que se le preguntó directamente. Si hubiera sido hijo de la soberbia en vez de doctor de la humildad, se hubiese puesto del lado de los hombres equivocados, sin hacer nada para que así pensasen limitándose a dar por cierto lo que ellos ya pensaban. ¿Acaso era excesivo para él el pretender convencer a los hombres de que era el Cristo? Si hubiese intentado persuadirles de ello y no lo hubiese logrado, hubiese quedado corrido y abatido, desprestigiado entre los hombres y condenado ante Dios" 
(Sermón 293 A, 4). 

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