"Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, y mientras nosotros celebramos estas fechas pascuales, los judíos, enemigos de esta manifestación tan brillante, realizan ciertos ritos simbólicos nocturnos y siguen soñando hasta después de acabado el día. En efecto, también ellos dicen que celebran la Pascua, y, al mismo tiempo que equivocadamente van tras las sombras de la verdad, se encuentran cegados por la noche del error. Siguiendo el rito de la fiesta antigua, dan muerte cada año a un cordero, pero no conocen lo que tal cordero simbolizaba ni siquiera después que sus padres dieron muerte a Cristo. Leen lo que se dijo de él, pero no advierten su carácter de predicción; escuchan las palabras cuando se leen, pero no las ven cuando se cumple lo predicho. Tienen la ley y los projetas, y no quieren reconocer por ellos lo que la ley prefiguraba mediante la Pascua"
(Sermón 229 C, 1).
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