Manifestándoles la Verdad

“Se presentó ante sus discípulos para que lo viesen con sus ojos y lo tocasen con sus manos, convenciéndoles de que había sido hecho sin perder lo que era desde siempre. Como habéis oído, vivió con ellos cuarenta días, entrando y saliendo, comiendo y bebiendo; no porque lo necesitase, sino porque estaba en su poder hacerlo, y manifestándoles la verdad de su carne, su debilidad en la cruz y su inmortalidad desde que salió del sepulcro”
(Sermón 262, 1).

No hay comentarios:

Publicar un comentario