"Y ahora, ¿poseen, acaso, todos la fe? Como entonces de entre los judíos unos creyeron y otros no, así sucede ahora con los gentiles: unos han creído, otros no. No todos poseen ta fe. Quienes la poseen, la poseen por gracia; no se jacten, pues es un don de Dios. ¿Acaso nos eligió el Señor porque éramos buenos? No eligió a quienes eran buenos, sino a quienes quiso hacer buenos. Todos estuvimos en las sombras de la muerte, todos nos encontrábamos unidos y apresados en la masa de pecado procedente de Adán. Si la raíz estaba dañada, ¿qué fruto podía producir el árbol de la raza humana? Pero el que iba a sanar los males, vino sin mal alguno, y quien vino a limpiar los pecados, vino también sin pecado"
(Sermón 229 F, 1).
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