(Sermón 52, 13).
El Padre resucitó al Hijo
"Veamos, en efecto, que es el Hijo quien resucita, no el Padre; pero la resurrección del Hijo es obra del Padre y del Hijo. Obra del Padre: Por esto lo exaltó y le dio un nombre sobre todo nombre. Resucitó, por tanto, el Padre al Hijo, exaltándole y levantándole de entre los muertos. Y el Hijo, ¿se resucitó acaso a sí mismo? Sí, en efecto. Aludiendo a su cuerpo, dijo del templo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré de nuevo. Finalmente, dado que en la pasión está incluido el dar la vida, así también en la resurrección el volver a tomarla; veamos, pues, si el Hijo dio su vida efectivamente y se la devolvió al Padre, mas no Él a sí mismo. Que se la devolvió al Padre, es cosa manifiesta. Refiriéndose a ello, dice el salmo: Resucítame y les daré su merecido. ¿Por qué esperáis que diga yo que también el Hijo devolvió la vida? Que lo diga Él mismo: Tengo poder para dar mi vida"
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