(Sermón 223 E, 1).
Vigilad y orad
"El extraordinario resplandor y la solemnidad de esta vigilia que ilumina el recuerdo, renovado anualmente, de la resurrección del Señor, nos invita, hermanos, a rememorar y a cumplir lo que él mismo dijo a sus discípulos cuando ya era inminente su pasión: 'Vigilad y orad para no caer en la tentación'. Mantengámonos, pues, en vela y oremos para no caer en la tentación, no sólo en esta noche, sino en todo el tiempo de esta vida, pues esta tierra es una tentación… Si, pues, caer en la tentación equivale a ser inducido o arrastrado a ella, es decir, ser engañado y apresado, o, para decirlo brevemente, ser vencido de cualquier manera por ella, ¿qué otra cosas hemos de hacer durante la entera noche de esta vida, en la que debemos ser día mediante la luz de la fe, sino aquello que el Señor intimó a sus discípulos: Vigilad y orad para no caer en la tentación?"
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