No más mañana, mañana


"Hermano, no retardes convertirte a Dios. Pues hay quienes se aprestan a la corrección y la difieren, y prorrumpen en aquel canto de cuervo: Cras, cras, mañana, mañana. El cuervo enviado desde el arca no volvió. El Señor no desea la dilación de la voz corvina, sino la confesión del arrullo y gemido colombino. Fue enviada la paloma y regresó. ¿Hasta cuándo durará el cras, cras, mañana, mañana? Atiende al último mañana; y, puesto que ignoras cuando llegue el último mañana, te baste el haber vivido pecador hasta el día de hoy. Lo oíste, lo sueles oír frecuentemente; lo oíste también hoy; cuando más frecuentemente lo oyes, tanto más tardas en corregirte"
(Comentario al Salmo 102, 16).

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