(Sermón 88, 5-6).

"La muerte no puso fin al amor
de Aquel que no se acabó con la muerte"
San Agustín
de Aquel que no se acabó con la muerte"
San Agustín
Centro de Espiritualidad Agustiniana
Monasterio de Santa María de la Vid
Sana el ojo del corazón
"Todo nuestro esfuerzo, hermanos, en esta vida ha de consistir en sanar el ojo del corazón con que ver a Dios… Dios te hizo a ti, ¡oh hombre!, a su imagen. Dándote con qué ver el sol que Él hizo, ¿no te iba a dar con qué ver a quien te hizo, habiéndote hecho a su imagen? También te dio esto; te dio lo uno y lo otro. Pero si mucho es lo que amas estos ojos exteriores, mucho también lo que descuidas aquel interior; lo llevas cansado y herido. Si quien te fabricó quisiera mostrársete, te causaría dolor; es un tormento para tu ojo, antes de ser sanado y curado. Pues hasta en el paraíso pecó Adán y se escondió de la presencia de Dios. Mientras tenía el corazón sano por la pureza de conciencia, se gozaba con la presencia de Dios; después que, por el pecado, su ojo quedó dañado, comenzó a temer la luz divina, se refugió en las tinieblas y en la densidad del bosque, huyendo de la verdad y ansiando la oscuridad"
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