"De los sufrimientos a que he aludido hasta ahora hay posibilidad de retorno, supuesta la conversión a Dios. Pero su anhelo es descansar antes de ir al suplicio eterno, y lo hace con la finalidad explícita de no ir. Es algo así como si le decimos a alguien: enmiéndate antes de que te castigue. Porque si se enmienda, es seguro que ya no habrá castigo. Donde no hay luz, no es posible ver la vida de los hombres. Y la vida de los hombres está allí donde está la luz verdadera que ilumina a todo hombre. Una es la tierra de los vivos y otra es la tierra de los muertos"
(Anotaciones a Job, 10).
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