(Sermón 223 F, 3).
Resucitó y voló a las alturas
“Mantengámonos, pues, en vela y oremos, para no caer en tentación, porque también él veló y se hizo como un pájaro solitario sobre el tejado; por eso resucitó y voló a las alturas y es el único que intercede por nosotros en el cielo. Presentemos nuestras preces a tan gran intercesor; él otorga, juntamente con el Padre, lo que pidió al Padre, puesto que es mediador y creador; mediador para pedir, creador para conceder; mediador hecho en el mundo, creador por quien fue hecho el mundo. Velémosle con mente sobria y con afecto lleno de fe y confianza, y presentémosle la oración que nos enseñó, para poder hacer con su ayuda lo que nos mandó que hiciéramos, y recibir, dándonoslo él, lo que prometió que recibiríamos”
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