(Sermón 261, 4).
Limpia el corazón
"Piensa primero en purificar el corazón; sea ésta tu ocupación, convócate a esta tarea, aplícate a esta obra. Lo que quieres ver es puro, e impuro aquello con que quieres verlo. Consideras a Dios como una luz apta para estos ojos, inmensa y múltiple; aumentas las distancias a placer; donde no quieres no pones límites y donde quieres los pones. Estas fantasías son la impureza de tu corazón. Quítala, elimínala. Si te cayera tierra en el ojo y quisieras que te mostrase la luz, tus ojos buscarían, antes de nada, quien los limpiase. Muchas son las impurezas que hay en tu corazón"
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Buscador de Dios,
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