“Primeramente adhiérete mediante la fe; luego te unirás a él en la realidad. Por el momento, en calidad de peregrino, caminas por la fe y la esperanza. Cuando hayas llegado, gozarás de aquel a quien, mientras eres peregrino, amaste. El mismo fundó la patria, para que te dieses prisa en llegar a ella. Desde ella te envió cartas, para que no difieras regresar de tu peregrinación”
(Sermón 22 A, 4).
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