“No debe decirse que, perseverando en el desorden hasta el fin de su vida, han perseverado en Cristo hasta el fin, porque perseverar en Cristo es perseverar en su fe. Y esta fe, según la definición del Apóstol, obra por la caridad. Y la caridad, como dice en otra parte, no obra mal”
(La ciudad de Dios 21, 25, 4).
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